MURAL

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lunes, 27 de octubre de 2008

La Casa del Arbol

La construcción de esta habitación (2007) se hizo a partir de materiales recolectados de la destrucción de un convento ubicado a algunas cuadras del lugar. Su diseño fue completamente improvisado a partir de los materiales encontrados. No existió ningún tipo de dibujo previo ni idea preconcebida, y el tiempo de construcción no duró más que 8 días.





















Este proyecto surge para dar cobijo a un personaje que vaga por la ciudad. Los encuentros y desencuentros con los distintos sucesos del diario vivir lo llevan a establecerse por un periodo indeterminado en este lugar, el cual corresponde al techo de una vivienda de tres pisos.



















Para poder instalarse en este lugar, construimos una estructura metálica que se ubicó sobre los ejes centrales, correspondientes a los muros estructurales que contienen la circulación vertical de la vivienda.























Esta obra “inventa” un lugar dentro de otro, lo que le permite crear nuevos vínculos, tanto con el paisaje como con las personas del lugar.































Esta obra participó en un concurso de arquitectura con la que se obtuvo una Mención honrosa.

Concurso Mural Universidad ARCIS

"LA IMPERSISTENCIA DE LA MEMORIA"

El punto de partida para esta obra proviene primero del lugar del proyecto, el cual se nos presenta como un espacio de manifestación e interacción para el ser humano, estando presente en la memoria de cada una de las personas que por ahí han pasado en algún momento de sus vidas.

La Memoria se sitúa entre el recuerdo individual y el colectivo por medio de los sucesos que reconstruyen el pasado vivido y experimentado. Estos acontecimientos se desarrollan en un lugar y un tiempo determinado para conmemorar el ayer en el presente. En este caso el patio de la escuela.





















El segundo punto de partida son dos serigrafías tomadas como bosquejos del Mural. Mientras una muestra al ser humano como individuo, la otra lo presenta como ser colectivo y social. En ambas se hace alusión al olvido.

























El Mural estimula la memoria colectiva y funciona como activador del tiempo en un espacio determinado. Mientras que el espectador es efímero, la obra se constituye como algo permanente enlazando el pasado, presente y futuro.
















El tiempo es representado a partir de las diferentes etapas de la vida del ser humano, desde el nacimiento, pasando por la niñez y el adulto, hasta la vejez y la muerte.
Por su parte la Impersistencia se representa de dos maneras:

El individuo en su espacio íntimo, mirándose así mismo junto a un niño, su hijo, a quien desconoce por el excesivo trabajo víctima de la modernidad. Y por otro lado, al ser humano experimentando lo comunitario y lo social a través de un antiguo rito, el Funeral. La multitud avanza a modo de procesión para despedirse de un gigante anciano, que convertido nuevamente en un individuo, es transportado hacia el olvido.
Esta ceremonia nos habla de la memoria como algo colectivo y nos evoca que todos somos parte de la historia y sus recuerdos.